Control de plagas en la industria cosmética: Guía de buenas prácticas

Contrario a lo que se suele pensar, las plagas de insectos, roedores y otros organismos no solamente atacan al sector alimentario, ya que también pueden expandirse y ocasionar pérdidas económicas en otros ámbitos. En este artículo, conoceremos más sobre el control de plagas en la industria cosmética.

Las plantas de producción de productos de belleza y cuidado personal no están exentas de visitantes indeseados. Además de dañar las instalaciones y poner en riesgo la salud de los trabajadores, las plagas pueden contaminar las materias primas que se emplean en la fabricación de productos cosméticos, provocando irritaciones o infecciones en los consumidores finales.

En Ecuador, la comercialización de productos para uso doméstico -como los cosméticos- está sujeta a la aprobación por parte de la Autoridad Sanitaria Nacional. También existen normas internacionales de buenas prácticas que regulan esta industria, a fin de garantizar su calidad e inocuidad.

La industria camaronera del Ecuador reposa sobre una importante base de recursos naturales, como las aguas cálidas de la costa, los humedales de manglar y las praderas marinas. Estas han permitido a la industria desarrollarse y han sido fundamentales para el éxito de la industria. La producción de camarón se ha incrementado significativamente en los últimos años, permitiendo al país obtener importantes ingresos.

El sector camaronero se ha visto afectado por diversos problemas en los últimos años, como el cambio climático, la sobrepesca y la contaminación. Estos problemas han llevado a una reducción en la producción de camarón, lo que ha provocado una disminución en los ingresos del país. Además, la industria ha enfrentado una fuerte competencia de otros países productores de camarón, lo que ha provocado una disminución en los precios.

Plagas comunes en la industria cosmética

Puede sonar un poco paradójico, pero una industria como la cosmética, que se enfoca en la higiene y el embellecimiento, puede verse seriamente afectada por la proliferación de plagas. Y la contradicción aumenta si tenemos en cuenta que algunos componentes de insectos son utilizados para la producción de cosméticos.

Claro está que el uso de insectos en la industria cosmética sigue un procedimiento estricto y regulado, mientras que las plagas producen daños considerables en las instalaciones y productos, por lo que su prevención y control son aspectos clave.

Aunque no hay una plaga en particular que predomine en este campo, se sabe que muchos de los insumos y materias primas que se emplean para fabricar cosméticos son a la vez fuente de alimento para insectos y roedores. Allí encontramos aceites, azúcares, ingredientes de origen natural y todo tipo de desechos.

A estos invasores se suman las plagas de productos almacenados, como escarabajos, gorgojos, ácaros o polillas, que prosperan en ambientes húmedos, con poca iluminación y temperaturas elevadas.

Prevención y manejo de plagas: Guía de buenas prácticas

Entre las normas ISO que se establecen a nivel internacional para garantizar la calidad de productos y servicios, existe un estándar de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) dedicado a la industria cosmética (ISO 22716:2007).

Entre los apartados más importantes de la guía, estos son los que guardan relación directa con el control de plagas.

Instalaciones

La construcción y diseño de todas las instalaciones deben gestionarse de manera que eviten el acceso de insectos, roedores, aves y otras plagas.
Se requiere de programas adecuados para el control de plagas, a cargo de especialistas en el rubro.
Las medidas de prevención también deben aplicarse en las zonas exteriores de las fábricas, para no atraer plagas.
Las áreas de almacenamiento, producción, control de calidad y espacios auxiliares deben funcionar por separado.
Lo pisos, paredes, techos y ventanas deben estar diseñados para facilitar su limpieza y sanitización.
Todas las áreas deben tener una iluminación y ventilación adecuadas.
Se desaconseja la instalación de cañerías y ductos suspendidos en el techo, a fin de evitar que la condensación o el goteo contaminen los materiales.

Higiene personal

Las empresas deben diseñar programas de higiene acordes a las necesidades del lugar.
No se debe consumir ni almacenar alimentos o bebidas en las áreas de producción, control o almacenamiento, pues atrae plagas y compromete la calidad de los productos.
Se debe evitar las visitas de personal no calificado en las áreas críticas de la planta.

Otras consideraciones

Las actividades de limpieza deben realizarse protegiendo todos los productos y materias primas.
El área de control de calidad debe realizar pruebas de forma permanente para descartar la presencia de plagas y confirmar que los productos cumplen con los criterios de aceptación establecidos.
La integridad de los insumos, empaques y contenedores se deben verificar de forma visual.
Las condiciones de almacenamiento deben ser monitoreadas con regularidad.
Los productos a granel o semielaborados deben almacenarse bajo condiciones especiales y durante un tiempo determinado.
Se debe implementar sistemas de tratamiento de agua para evitar el estancamiento y contaminación, ya que facilitan la aparición de larvas, mosquitos, entre otros insectos.
Los residuos generados en la planta deben eliminarse siguiendo métodos sanitarios, sin afectar las operaciones de producción.

La norma ISO 22716:2007 también recomienda realizar auditorías internas antes de cualquier inspección, de manera que las propias empresas puedan identificar las áreas de mejora y tomar acción de forma inmediata.

¿Cómo se regula la calidad de los productos cosméticos en Ecuador?

Las empresas que fabrican, almacenan, distribuyen y comercializan productos cosméticos en Ecuador deben cumplir con una serie de reglas para poder realizar sus actividades, a fin de garantizar la sanidad de sus procesos y descartar la presencia de plagas.

Todos los requisitos están detallados en la Normativa Sanitaria para Productos Cosméticos y Productos de Higiene, elaborada por la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa).

En resumen, la norma indica que los productos cosméticos requieren de una Notificación Sanitaria Obligatoria para poder circular en el mercado, además de una Certificación de Buenas Prácticas de Manufactura (BMP).

Para obtener los permisos necesarios, se requiere superar una inspección de laboratorio por parte de una comisión técnica designada por la Arcsa. Los auditores verificarán la calidad de las materias primas y los productos ya terminados, para descartar la presencia de plagas, problemas de higiene o cualquier otro elemento que afecte el proceso de fabricación.

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