¿Cómo hacer un efectivo control de plagas en productos almacenados?
El saneamiento de los lugares destinados al almacenamiento de productos es un procedimiento que en ocasiones queda en segundo plano. Sin embargo, se trata de un aspecto esencial para el control de plagas, pues permite que los alimentos, materias primas y otros insumos lleguen a manos del consumidor final en perfectas condiciones.
Las plagas en almacenes pueden tener un impacto negativo en la calidad de los productos, y en algunos casos ocasionar su pérdida. A ello debemos añadir los posibles riesgos de seguridad alimentaria que generan, ya que el consumo de productos afectados puede provocar enfermedades y alergias de diversa índole.
Entonces, ¿cuál es la mejor estrategia de control de plagas en productos almacenados? En este artículo te daremos algunos consejos que puedes tener en cuenta para proteger los resultados de tu negocio y evitar sanciones por parte de las autoridades.
¿Qué tipos de plagas proliferan en los almacenes de productos?
ASPERSIÓN MANUAL LOCALIZADA
Mientras más elevada sea la temperatura en el almacén, más rápido será el crecimiento de las plagas. El daño más directo se produce cuando los insectos consumen el producto, a lo que se suman los riesgos de contaminación “indirecta”, debido a la presencia de excrementos y los restos que dejan los artrópodos después de mudar.
Las plagas más peligrosas en los almacenes son las que dependen los productos almacenados para alimentarse y reproducirse. Hablamos de artrópodos en la mayoría de casos, siendo predominante la presencia de escarabajos, seguido de ácaros y cucarachas.
De acuerdo a la FAO, la mayoría de almacenes de alimentos y otros productos son instalaciones artificiales y endebles, donde fácilmente pueden proliferar diferentes tipos de artrópodos, aves o roedores si no se controlan los niveles de humedad y temperatura. De acuerdo a sus estimaciones, estas plagas pueden afectar entre un 10% y 30% de los productos almacenados.
Podemos identificar también un segundo grupo de plagas que, si bien no se reproducen de forma continua en el almacén, pueden resultar igual de dañinas. Aquí figuran las especies depredadoras o parásitas de las otras plagas, o que ingresaron a las instalaciones de forma accidental. Entre ellas encontramos a roedores, pájaros, gorgojos, etc.
Factores que contribuyen a la presencia de plagas
ASPERSIÓN ULV (ULTRA BAJO VOLUMEN)
En base a determinadas características, los almacenes pueden ser propensos a la proliferación de insectos u otros organismos. Estos son los factores de mayor incidencia.
Alimentos: Aunque las plagas en los almacenes pueden prosperar sobre cualquier producto, los alimentos de origen vegetal como cereales, legumbres, granos o harinas resultan especialmente atractivos para los insectos.
Temperatura: La temperatura suele ser más alta y constante dentro de los almacenes respecto al exterior, lo que resulta favorable para múltiples especies de plagas. El riesgo de ataque se produce a partir de los 15 grados.
Humedad: Los niveles de humedad en el ambiente por encima del 50% puede propiciar la llegada de ciertos tipos de insectos (sin contar la propia humedad del alimento). Las fugas de agua, así como la condensación de paredes y techos, pueden contribuir en la generación de humedad.
Condiciones del almacén: Los almacenes con mantenimiento deficiente, fugas, poca iluminación o defectos de aislamiento favorecen el desarrollo de plagas, porque los insectos ven en ellos un refugio en el que pueden esconderse y reproducirse.
La importancia de la prevención
TERMO NEBULIZACIÓN
Años atrás, era común esperar a que los depósitos o almacenes de productos experimenten plagas de insectos o roedores para recién tomar medidas. Esta práctica ha sido desplazada por estrategias de prevención, que consisten en detectar amenazas con la mayor anticipación posible para evitar el desarrollo de plagas.
Un buen indicador para saber que una empresa va por el camino correcto radica en la implementación de programas basados en riesgos, que incluyen actividades de inspección y control, así como la eliminación de todos los elementos que puedan atraer plagas. También se considera el uso de productos químicos, pero solo como último recurso.
Otra práctica que contribuye a prevenir infestaciones es asegurar que los productos que tienen más tiempo en el almacén tengan prioridad para salir, ya que su permanencia prolongada ocasiona su deterioro y, por consiguiente, atrae a las plagas.
¿Cómo combatir las plagas en productos almacenados?
Si se trata de controlar plagas de forma eficaz, existen diferentes soluciones que puedes implementar en tu negocio. La más adecuada dependerá de la especie invasora, los productos afectados, el material del almacén, entre otros elementos.
Determinar una estrategia de control de plagas específica para tu empresa requiere de la evaluación de un experto. Sin embargo, estas son algunas medidas universales que puedes poner en práctica.
- Realiza una verificación exhaustiva de todos los paquetes e insumos que ingresen al almacén, procurando que los envases no tengan daños ni agujeros.
- En caso sea necesario, realiza un secado artificial de los productos antes de almacenarlos.
- No coloques los productos directamente en el suelo. En lugar de ello, utiliza soportes que faciliten la ventilación de las zonas inferiores, donde suele concentrarse la humedad.
- Procura que el almacén tenga el suficiente nivel de aislamiento respecto al exterior para prevenir la entrada de insectos.
- Elimina cualquier resto de alimento, plantas, agua y cualquier otro recurso que facilite el desarrollo y reproducción de plagas.
- Comprueba que no existan grietas o agujeros en las paredes del almacén.
- Haz que el almacén quede fuera del alcance de insectos y roedores. Ello implica mantener selladas puertas y ventanas, además de utilizar barreras físicas como mallas y cubiertas.
- Utiliza feromonas para monitorear el grado de infestación de una plaga, aprovechando que es un compuesto de bajo impacto ambiental.
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